El próximo 23 de Marzo dará comienzo al juicio derivado de la operación "Tacos" contra el narcotráfico en la que participaron Guardia Civil, DEA, Policía Nacional y Aduanas-Vigilancia Aduanera

Finalmente, este próxim 23 de marzo comenzará en la Audiencia Nacional de Madrid el juicio del llamado caso Tacos, una trama de blanqueo de dinero del narcotráfico que dirigía, desde México, el cártel de Sinaloa, de los sanguinarios hermanos Beltránn Leyva. Entre los 17 imputados en este sumario figura el abogado Joan Piqué Vidal, que fue el defensor de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana y que está acusado de montar la estructura societaria a través de la cual se enviaban a México el dinero obtenido con la venta de cocaína en el Estado español.

El personaje central de esta trama era una conocida "estrella" de la cadena mexicana Televisa, Guillermo Ocaña ("Ocañita"), que también actuaba como representante de grupos musicales y que se había instalado en Barcelona, donde vivía en un apartamento del paseo de Gracia, 44. Bajo la cobertura de ser el delegado de Televisa en Europa, Memo Ocaña era, en realidad, un peón de Héctor Beltrán Leyva que se ocupaba, desde Barcelona, de organizar las transferencias y la repatriación del dinero del narcotráfico.

En una operación dirigida por la DEA norteamericana y con la participación de la Policía Nacional, la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera, el juez Fernando Andreu, titular del Juzgado n. 4 del Audiencia Nacional, descabezó esta organización en una operación desencadenada el 23 de marzo de 2005, ahora hace diez años. En una primera fase se procedió a la detención de seis mexicanos y dos colombianos involucrados en esta red de narcotraficantes y se interceptó una partida de dos toneladas de cocaína que acababa de llegar de México y que estaba depositada en una nave industrial de Rubí. (....)

De las investigaciones dirigidas por el magistrado Fernando Andreu se ha establecido que Joan Piqué Vidal era el hombre de confianza de 'Memo' Ocaña en Barcelona y que le organizó la estructura jurídica y financiera para hacer llegar, por transferencias bancarias, el dinero al cártel de los hermanos Beltraán Leyva sin levantar sospechas. Para ello utilizó una miríada de sociedades radicadas en Barcelona, controladas por testaferros y colaboradores del abogado.