El Gobierno abortó en el último instante una operación antidroga contra narcos gibraltareños en aguas territoriales españolas colindantes con el Peñón, en vísperas de la visita del Rey a Algeciras, para no calentar el conflicto con la colonia británica, según han revelado a El Confidencial fuentes muy cercanas al Ministerio del Interior. Don Juan Carlos
viajó ayer a la localidad gaditana en un calculado gesto de apoyo a los
pescadores de la zona, enfrentados con las autoridades de Gibraltar, y a
los efectivos de la Guardia Civil que les protegen mientras faenan.
Una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), siguiendo instrucciones de Madrid,
dejó huir el pasado 2 de junio, cuando ya los tenía acorralados, a unos
narcotraficantes procedentes de Marruecos, que se refugiaron en el
Peñón a bordo de una embarcación de bandera gibraltareña con un alijo de
droga en sus bodegas. La consigna, según las fuentes consultadas, era
muy clara: evitar una nueva escalada de la tensión, aun a costa de
claudicar ante Gibraltar y reconocer, de facto, su jurisdicción sobre las aguas que rodean la colonia, que España no reconoce oficialmente.
El
grave episodio pone de manifiesto la debilidad del Gobierno frente al
Reino Unido y su colonia, en su afán por concentrar todas sus energías
en la resolución de la crisis económica y financiera que sacude España, evitando así abrir un nuevo frente que le distraiga
de su lucha contra el acoso de los mercados. Desde que estalló el
conflicto pesquero, Madrid ha reiterado hasta la saciedad que el Tratado
de Utrecht no cedió ningunas aguas territoriales a Gibraltar más allá
de las interiores del puerto, y que las tres millas que el Peñón reclama
como propias pertenecen exclusivamente a España.
Ayer mismo, coincidiendo con la visita del Rey a Algeciras, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, aseguró que "la debilidad atrae problemas",
y que "fortaleza y credibilidad son dos caras de la misma moneda".
Morenés no citó expresamente el contencioso de Gibraltar, pero afirmó
que "la verdadera fortaleza es la sinceridad y el hacer frente a los
problemas, y también decir la verdad a nuestros aliados". Hace una
semana, el secretario de Estado de Defensa del Reino Unido, Nick Harvey,
advirtió a España que la Royal Navy "impedirá todas las incursiones que
amenacen la integridad de las aguas territoriales británicas de
Gibraltar".
A punto del abordaje
Los hechos se produjeron a mediodía del pasado día 2 en la bahía de Algeciras, justo en el límite que marca la frontera
entre las aguas territoriales españolas y las que Gibraltar reclama
para sí, jamás reconocidas por los gobiernos de nuestro país. El velero Decadance,
que navegaba bajo pabellón gibraltareño transportando un alijo de
hachís que había cargado en Marruecos, fue interceptado por una
patrullera del SVA con cinco agentes armados a bordo, apoyados desde el
aire por un helicóptero. Pero cuando pidieron luz verde para realizar el
abordaje y detener a los dos tripulantes del velero, Madrid les ordenó abortar la operación, según aseguran las fuentes del Ministerio del Interior consultadas.
El SVA, cuyos funcionarios tienen carácter de agentes de la autoridad y portan armas de fuego,
depende orgánicamente de la Agencia Tributaria (AEAT) del Ministerio de
Hacienda, y cuenta en Algeciras con una de sus bases principales. Su
misión es la lucha contra el narcotráfico, el contrabando y el blanqueo
de capitales, tres actividades ilícitas que tienen en Gibraltar,
precisamente, uno de sus tradicionales santuarios.
El dispositivo para interceptar y abordar a los narcos gibraltareños había sido meticulosamente preparado por el SVA, después de que uno de sus equipos de investigación recibiese el soplo
de que un velero con bandera del Peñón entraría en aguas
jurisdiccionales españolas con la intención de dirigirse a Gibraltar
para desembarcar su alijo. Pero la orden del Gobierno, que fue
transmitida a los agentes armados del SVA por sus superiores del Centro
de Operaciones en Madrid, fue tajante: había que "suspender el
operativo" y dejar huir a los narcotraficantes para "evitar un conflicto" con las autoridades de la Roca y, por añadidura, de Londres, según las fuentes consultadas.
El Decadance y su tripulación, al comprobar que los agentes armados españoles aflojaban el cerco y renunciaban al abordaje
de la embarcación, continuaron su singladura hasta el Peñón. La
patrullera y el helicóptero del SVA siguieron a su objetivo durante unos
minutos, pero finalmente regresaron a su base en Algeciras.
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