TESTIFICAN LOS AGENTES DEL SVA EN EL JUICIO CONTRA LOS ACUSADOS DE INTENTAR INTRODUCIR MAS DE 200 KILOS DE HACHIS EN UN BUQUE.

La segunda sesión del juicio por el que están encausadas ocho personas a las que se les imputa un delito contra la salud pública se celebró ayer en la sección algecireña de la Audiencia Provincial. La jornada estuvo acaparada por la testificación de los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) que desarrollaron la operación de la que resultó la detención de los acusados, en la que también intervino el Grupo Especial contra el Crimen Organizado (Greco) del Campo de Gibraltar.

A los acusados se les atribuye la introducción en España de hachís en uno de los buques que cubre la línea del Estrecho. Cinco de ellos eran empleados del propio barco y otro trabajaba en una empresa de suministro a los transbordadores. Esta persona comenzó a ser investigada a raíz de unas escuchas de otra operación, que se desarrolló en Canarias. Tales escuchas fueron autorizadas por los magistrados en el primer día del juicio. Tras meses de investigación, por medio de la vigilancia y de también escuchas telefónicas, los responsables del operativo fueron identificando al resto de personas que supuestamente tomaron parte en el ilícito. Sucedió en 2009 y el 20 de diciembre de ese año tuvo lugar el dispositivo que desembocó en el arresto de los ocho acusados y en la aprehensión de 196 kilos de hachís en un garaje de la ciudad y otros 21 en una furgoneta de la empresa de suministro aludida.

Con el testimonio de los agentes convocados ayer en calidad de testigos se expuso la forma en la que se realizó el operativo que terminó con la detención de los acusados. Un dispositivo en Ceuta fotografió cómo se cargaban bolsas en el barco los días 10 y 11 de diciembre. Un agente contó que las intervenidas en Algeciras se correspondían con las fotografiadas. El hachís supuestamente permaneció en el ferry hasta el viaje a la ciudad. Del barco la sacó, según la acusación, el imputado que trabajaba en la empresa suministradora. Los investigadores indicaron que usaba su empleo para no levantar sospechas. Los agentes actuaron en el garaje mencionado y arrestaron a tres personas. Las otras cinco, las que trabajaban en el barco, fueron detenidas en el propio transbordador con posterioridad. Un día después se recibió una llamada desde la compañía suministradora informando que habían localizado un paquete en una de sus furgonetas.

Estaba previsto que dos agentes del SVA de Ceuta testificaran por videoconferencia, pero por motivos técnicos no fue posible y se tuvieron que desplazar hasta la ciudad. Asimismo, la defensa de uno de los acusados adelantó el testimonio de un testigo, pero éste dijo que no conocía al imputado y no se le realizaron preguntas. Testificaron una docena de personas y el juicio sigue hoy con nuevos testigos.
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