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NARCOTRAFICO-FRAUDE FISCAL-BLANQUEO DE CAPITALES-CRIMEN ORGANIZADO-CONTRABANDO

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domingo, 22 de enero de 2012

CONEXION GALICIA: LOS LAZOS ENTRE NARCOS GALLEGOS Y DEL ESTRECHO

Cuatro narcotraficantes se reúnen en el Lidl de La Línea de la Concepción el 3 de noviembre de 2006. Planean introducir una nueva partida de droga en la península, tras ver frustrada una primera operación desarrollada en la ría de Vigo. Son Juan Serrano, Tomás Bengoechea, Francisco Omil y Manuel Clemente; sus alias, El Viejo, El Cabezón, El Camisas y El Ingeniero, respectivamente. La Dirección General de la Policía y la Guardia Civil los vigila y escucha sus conversaciones telefónicas. El día anterior, Francisco y Manuel se desplazaron desde el norte del país hasta el municipio campogibraltareño. Ellos son los narcos gallegos. Juan y Tomás, por su parte, son sus enlaces en la costa andaluza.

Sus planes no arribaron a buen puerto. Las fuerzas de seguridad los detendrían días después de su encuentro y arrancaría entonces contra ellos -y otras dos personas- un proceso judicial recién concluido, con una condena de dos años de cárcel para cada uno; excepto para Bengoechea, sentenciado a dos años y tres meses. La Audiencia Provincial de Pontevedra los consideró culpables de conspiración para la comisión de un delito contra la salud pública. Ellos utilizaron el primer narcosubmarino de Europa; que apareció abandonado en la ría de Vigo en agosto de 2006, tras sufrir problemas mecánicos. Esa fue la operación frustrada que provocó la reunión en el Lidl. Semanas antes de dicho encuentro, El Viejo y El Cabezón se vieron las caras de nuevo en La Línea.

Según revelan las pesquisas policiales dadas a conocer durante el juicio, Juan y Tomás quedaron en una playa de la localidad a finales de octubre de 2006. Ante las insistencias de la organización sudamericana que le suministraba la cocaína -que requería que se saldase la deuda derivada de la operación frustrada en agosto-, ambos mantienen una reunión en la ciudad. Previamente, El Viejo recoge 30.000 euros de una sucursal de la antigua Caja San Fernando ubicada en el municipio. Se los entrega a su socio; quien, a su vez, se traslada hasta Madrid y paga a sus acreedores.

De esta forma, el Campo de Gibraltar ejercía entonces como punto de encuentro de narcos de España, que extendían sus tentáculos por el país y que contaban con esta zona como una relevante base de contactos. Esa situación aún persiste. Así lo demuestran las últimas operaciones policiales e investigaciones que todavía permanecen abiertas. El tráfico de drogas une a dos regiones muy distantes: Galicia y El Estrecho. Aunque, eso sí, el panorama sufrió en los últimos meses ciertos cambios.

Los carteles colombianos quieren recuperar las tradicionales rutas de la coca: vías de entrada de la droga en Europa mediante embarcaciones a través de las rías gallegas, que quedaron prácticamente inutilizadas en 2009 tras varios golpes policiales. Debido a ello, el recorrido de las mercancías de estupefacientes se modificó y el tráfico se desvío hacia varios puertos -a donde llega dentro de containers-. Entre ellos, el de Algeciras. De hecho, el comisario jefe del grupo especial de lucha contra el crimen organizado de la Policía Nacional, Ricardo Toro, ya advirtió de esta nueva estrategia de las organizaciones delictivas; e, incluso, desveló la existencia de contactos entre redes gallegas y sudamericanas para poner en marcha este proyecto.

Por tanto, el desarrollo de todo este entramado implica la existencia de importantes lazos entre las bandas organizadas que operan en ambos puntos del país. Tal es así que, por ejemplo, las fuerzas de seguridad investigan la posible conexión entre un cargamento de 15 kilos de cocaína interceptados el 11 de noviembre en el puerto de Marín (Pontevedra) y una red de narcos con base en Algeciras y Madrid, que se desarticuló ese mismo mes. La organización utilizaba containers de bananas; al igual que la mercancía aprehendida en la instalación gallega.

Pero hablar de "lazos" resulta insuficiente en muchos casos. Las actuaciones policiales demuestran la existencia de grupos gallegos muy asentados en el Estrecho. Hace pocas semanas cayó otra red de estas características, operante en el Campo de Gibraltar. A cientos de kilómetros de esta zona, la bodega de una vivienda de Teo (La Coruña) ocultaba una habitación secreta, base de operaciones de los supuestos narcos. Según las pesquisas de las fuerzas de seguridad, desde allí gestaban la introducción de la droga en la península para su posterior distribución por España e Italia. Para ello, la trama utilizaba un peculiar método: valiéndose de los buques mercantes que cubrían vías marítimas, los delincuentes lanzaban fardos con la mercancía al agua antes de llegar a su destino. Después, en alta mar, los recogían con planeadoras o pequeñas naves; y los transportaban a tierra. En una de esas actuaciones, el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) descubrió sus planes. Los efectivos del Cuerpo interceptaron una lancha de pequeñas dimensiones que intentaba acceder al puerto de Algeciras. Acababa de recuperar un paquete con 50 kilos de cocaína. Sus dos tripulantes fueron detenidos y las investigaciones permitieron arrestar posteriormente a los presuntos narcos coruñeses.

Las relaciones entre narcotraficantes gallegos y campogibraltareños no son fruto de un día. Llevan años colaborando. De hecho, la sección algecireña de la Audiencia Provincial condenó en 2010 a cuatro integrantes de una banda que introducía en 2007 cocaína en La Línea -traída del norte de España-. Los asentados en la localidad campogibraltareña intercambiaban hachís por cocaína con los otros, afincados en Galicia. Distribuían el estupefaciente en locales de ocio de la ciudad.

http://www.europasur.es/article/comarca/1165241/los/lazos/entre/los/narcos/gallegos/y/los/estrecho.html

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